En Sidi Bou Said podrás encontrarte con una de las estampas más características de Túnez, con sus callejuelas empinadas y estrechas, sus casitas blancas y las puertas y ventanas azules mirando al mar, se ha convertido en un reclamo para todo turista que se precie y de visita obligada.
La suntuosa belleza del paisaje se mezcla con la armonía de la arquitectura: edificaciones con los tejados a cuatro aguas, detectan la influencia bereber-andalusí de tiempos pasados. Casas encaladas, inmaculadas, con arcos de entradas, las jambas y dinteles son generalmente de piedra arenisca, que resaltan con el color azul que las recubre. Las musharabiyas (ventanas con celosías) de los pisos superiores,las rejas y las cancelas, auténticas filigranas, obras creadas en la forja, también decoradas del mismo color. Sin dejar atrás las puertas o portones, también pintados de azul claveteados de negro, al igual que las tres aldabas y cerraduras, con sus diseños geométricos sobre la madera.
Desde lo alto del pueblo, verás una de las mejores vistas que se pueden contemplar en Túnez y posiblemente del mediterráneo, desde ahí se divisa toda la bahía, todo un espectáculo para la vista donde el cielo totalmente despajado y el mar de azul intenso contrastan con la costa más amarillenta y verde.